Artículo publicado en el diario digital Hechosdehoy.com | Está muy extendida la idea de que en los restaurantes de la Plaza Mayor y aledaños, solo comen los turistas. Vamos, que allí la comida es adocenada y folklórica. Pienso que no es verdad y en gran medida responde a una acusación injusta. Y como muestra un botón: Los Galayos. Restaurante centenario con una ubicación privilegiada con entrada por la antigua puerta del Arco -hoy Botoneras- y con una terraza en la hermosa plaza.
Abrió esta casa en 1894. Una foto enmarcada recuerda un banquete de 1936 ofrecido al poeta Luis Cernuda, donde posan un nutrido grupo de representantes de la llamada "Generación del 27", entre ellos Lorca, Alberti, Salinas, Neruda, Bergamín... que demuestra la fama y popularidad de que siempre ha gozado esta casa centenaria.
Ahora son tres los hermanos Grande, quienes con diferentes cometidos dirigen la vida en Los Galayos. Un amplio local con varios pisos y terrazas, con sus distintos comedores y su hermosa terraza en la plaza mayor. A los diversos salones, llenos de recuerdos se ha venido a unir el denominado Imperial. Un rincón de la casa para comidas de empresas o celebraciones familiares. Dentro del barroquismo de la decoración hay buen gusto y una atmósfera que efectivamente retrotrae a otras épocas.
La cocina es también un mezcla de los platos tradicionales, aquellos que esperan los clientes de toda la vida, que son muchos, y los de paso entre los que efectivamente se encuentran los turistas.
A todo ello se une un afán de renovación controlada por parte de la cocina. La honestidad es la marca de una culinaria de buen corte, con buenas y, a veces, excelentes materias primas, donde se dan la mano platos de origen menestral con otros de notable rango.
La ensaladilla rusa ha sido siempre un plato muy solicitado en Madrid, y más en esta zona. Además de los componentes tradicionales está el buen atún con que se prepara. Tiene la dosis perfecta de mahonesa que necesita. No es este un plato donde la abundancia de patata y la generosidad en la salsa destrocen la original receta, todo lo contrario. Así hecho satisface al estómago pero que no lo llena.